Chile ha dado un importante paso hacia la transparencia y la ética empresarial. Con la Ley de Delitos económicos y atentados contra el medio ambiente, las Empresas deben establecer modelos de cumplimiento, robustos, eficaces y en atención a su giro y tamaño, este conjunto de procesos funciona como un seguro obligatorio.

Al igual que un seguro, que nos resguarda frente a eventualidades. La correcta implementación de los Modelos de Cumplimiento cumple la misma función, ya que en el caso fortuito que se materialice un delito en mi empresa y nosotros, efectivamente contemos con este marco general de integridad, ética y buenas prácticas, estaremos exentos de la persecución penal de la persona jurídica.

Es importante saber que la Ley 21.595, busca prevenir y mitigar los riesgos asociados a delitos económicos, enviando un mensaje directo a la comunidad empresarial: la corrupción y el fraude no tienen cabida en nuestro mercado. Y que en caso de que ocurra uno de estos hechos, las multas son de hasta USD 250M, que la empresa se puede liquidar de forma forzosa (“pena de muerte empresarial”) y con penas de presidio sin atenuantes (como la colaboración efectiva y la irreprochable conducta anterior)

Las empresas, grandes y pequeñas, están entendiendo que el Compliance dejó de ser un requisito que “solo” debemos cumplir, sino una tarea esencial para proteger su reputación y continuidad en un mercado cada vez más regulado.